El Boquerón de Oro - Casos de Éxito en Lagunillas

El Boquerón de Oro

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En el número 66 de la calle Lagunillas se encuentra el Boquerón de Oro, el estanco que regenta Fran, una de las personas más implicadas en que el barrio prospere y recupere el esplendor de antaño. Una tarea nada fácil pero que él, con la paciencia y la tenacidad de la que hace gala, y arropado por sus vecinos y clientes, se la toma como un reto…

¿Cuánto tiempo llevan con el negocio?

Este es un negocio que lleva en el barrio desde 1926 y que nosotros compramos hace ya 5 años. Lo abrimos en junio de 2016, en Lagunillas 51, en un pequeño local de 9 m² pero que luego, más tarde, nos establecimos en el número 66 de la misma calle pasando ya a un local de 40 m². Fue un cambio muy grande pero también muy gratificante, ya que añadimos más servicios y podíamos atender mejor a nuestros clientes.

Siendo un estanco creo que atendéis muchas más necesidades en vuestro vecindario…

Si, la verdad es que sí, además de un punto de venta de lotería, creímos oportuno atender otras necesidades que estaba demandando el cliente en estos tiempos. Empresas de mensajería urgente (UPS, Amazon, Nacex..) necesitaban puntos de recogida, Loker donde dejar sus productos. Otro servicio que prestamos es como punto Nickel, para gestionar la apertura de una cuenta bancaria de forma rápida. También acabamos de empezar como servicio de pago de facturas de la luz, las facturas de Endesa ya se pueden abonar aquí. En definitiva, multitud de servicios fuera de lo habitual, para dar más prestaciones a los vecinos del barrio. Vamos un todo a cien…

Aquí al lado tengo un buen amigo, casi como un hermano y también socio de La Victoria, Arte Floral, que pusimos aquí por la facilidad de llevar los dos negocios juntos y así atender proveedores y poder compartir clientes. El negocio ha cuajado perfectamente, incluso en online, que es donde mejor funciona, la atención cada día es mayor y mayor el número de clientes, la verdad es que nos vamos a afianzar en el barrio con buenos números.

En el caso de la calle Lagunillas, ¿qué puede aportar este entorno y su comunidad de comerciantes, a una persona nueva, que decida integrarse en el barrio y establecer aquí su negocio?

En concreto la calle Lagunillas no es una calle al uso, funciona como un pueblo, hay cercanía entre los comerciantes como pasa con los propios vecinos. El barrio tiene un flujo de gente más específico y además cuando fidelizas un cliente, es tuyo, es muy difícil perderlo. Ya sabes que a ese cliente lo vas a ver todos los días porque nos hemos convertido en un pequeño supermercado y cada día son más, los clientes fijos que tenemos. Nos hemos convertido en un pequeño mercado abierto con clientela fija. Estamos en un barrio con solera y con mucho arte que aún está por conocer. Con esta iniciativa de animar a que los profesionales instalen sus negocios aquí es una buena manera de contribuir a que el barrio vuelva a brillar. Además, hace ya tiempo que constituimos la Asociación de Comerciantes de Lagunillas y que no funcionan con cuotas, sino que los 12 pertenecen a la asociación y, gracias a ello, poco a poco ha ido creciendo el número de comercios en la calle.

¿Qué tiene Lagunillas además de todo esto? ¿Qué tiene de encanto?

Lagunillas es de los pocos barrios que quedan en Málaga que podemos decir que tiene un sello de identidad propio, en el que podemos ver la propia Málaga tradicional, que siempre se ha conservado y que, además, ha sabido combinar lo tradicional y el patrimonio con todo lo moderno. Es un barrio que ha sabido mezclar todo lo que conocíamos de la Málaga antigua y que habíamos perdido poco a poco, con la modernidad, con los grafitis, pinturas, murales.. Poco a poco se va a ir convirtiendo en un barrio diferente, que va a ser visitado como algunos barrios de Berlín y Holanda donde hay rutas museísticas y museos urbanos, en la propia calle. Lagunillas se va a convertir en el auténtico Soho de la ciudad.

Como presidente de la Asociación de Comerciantes de Lagunillas, ¿qué nivel de implicación tienes?

Hombre yo vivo aquí y todo lo bueno que le pase al barrio, nos pasa a todos. Soy el presidente y también estoy involucrado en la cofradía del Rocío, que también pertenece al barrio, y soy uno de los delegados de la Asociación Victoriana de Capuchinos. Estamos de paso y estamos para ayudar, tenemos que intentar dejar las cosas mejor de lo que nos las encontramos y dejar nuestra huella en todo lo que hagamos. Muchos vecinos necesitan cosas y no saben como llegar al sitio correcto, por eso las peticiones de nuestros vecinos del barrio las canalizamos y las hacemos llegar donde tienen que llegar, y para eso estamos..

¿Cómo te imaginas la calle en los próximos años?

Esta calle tiene un sello personal, tiene espíritu de comunidad y es como un mercado abierto. Se trata de un barrio desconocido, no todo el mundo conoce las pinturas y, además, Lagunillas es un barrio tranquilo y agradable.

Imagino la calle convertida en lo que fue la calle Lagunillas en 1980, la pequeña Larios, como la llamaban… Había más de 60 comercios, donde ahora mismo vemos uno, antes había tres, comercios como la Campana, el Quitapenas.. En esta calle estaban los grandes negocios que ahora se encuentran en pleno centro y que, en aquélla época, era la calle en donde se generaba dinero y en donde empezaron. La calle Lagunillas lo único que necesita es un poco de cariño por parte de las instituciones porque el cariño por parte de la gente ya lo tiene y, con esa pequeña ayuda, se podría llegar muy lejos.

Lagunillas se puede convertir en el primer museo urbano de España porque ya lo tiene creado, sólo hace falta que se oficialice, que esté incluido en la ruta de los museos de Málaga y esto es una inclusión más, distinta y que puede ser el recorrido de malagueños y turistas desde la plaza de la Merced o del museo Picasso hasta la iglesia de la Victoria, un sitio emblemático de Málaga. Es una zona que hay que aprovecharla porque está sin usar, sin trabajar y tenemos un museo. El turista va buscando las calles con encanta, lo tradicional en el núcleo central. Seguimos conservando partes de la ciudad turísticas sin serlo, Lagunillas, Perchel y Trinidad… Lagunillas es boca del Santuario de la Victoria, es la entrada del barrio de la Victoria, la zona de salida de Málaga por la autovía del Limonar.

El centro se ha quedado pequeño y se ha convertido en una castaña y Lagunillas le puede aportar esa apertura. No hay que perder la identidad, no hay que hacer edificios grandes, Lagunillas debe conservar sus pisos de dos plantas mas ático, con su altura, tipos de vivienda, no perder el sello pero que esto sea beneficioso para todos.

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